El proyecto elimina, a partir del primero de octubre de este año, de manera permanente el impuesto a las transferencias electrónicas, giros desde cajeros, cheques y traspaso de fondos de cuentas corrientes.
Con esta medida, se pretende dinamizar la industria financiera, beneficiando con menores costos a las empresas de menor tamaño y a los clientes del sistema que utilizan estos medios de pago.
Esta medida deja en igualdad de condiciones a todos los medios de pagos (principalmente las cuentas vista) que circulan en la economía. Es, además, una reducción del impuesto de timbres y estampillas, en la cual se elimina el impuesto que estaba gravado por cada transacción por $ 163.
Ante la eliminación de dichos impuestos, el costo de la transferencia de fondos bajará sensiblemente, ya que por ejemplo, si consideramos que una persona tiene 10 transacciones en el mes, tendrá un ahorro de $ 2.620 mensuales, dejando más ingresos disponibles a los usuarios.
El costo fiscal de esta medida es de aproximadamente US $ 150 millones en 2009.